Construyendo vínculo

La autoestima se define como la percepción emocional que tiene un de uno mismo. Una persona con un buen nivel de autoestima se alegra de ser quien es; se respeta, cree que es digna de ser amada y cree que es valiosa.

La relación que mantiene con las otras personas influye en la percepción que tiene de sí misma; es por ello que un niño/a pequeño/a, sólo al nacer el vínculo que establece con los padres o con las personas cuidadoras empieza a determinar cuál será la relación que establecerá con él/ella mismo/a y con el mundo.

Las necesidades de los más pequeños son muy básicas: comer, dormir y afecto. El COMO se responden a estas necesidades es lo que va generando el vínculo entre el adulto y el más pequeño. Cuanto más seguro sea el vínculo, más se ayuda a que la autoestima sea alta.

¿Qué podemos hacer para facilitar el vínculo?

Responder a las necesidades lo más rápido posible (normalmente un niño manifiesta sus necesidades llorando; es importante cogerlo y abrazarlo para entonces descubrir el motivo por el que llora: hambre, frío, afecto, sueño, …). Atenderle el máximo de rápido para él significa que lo que le está pasando es lo suficientemente importante para las personas que los cuidan como para ser atendido y, por tanto, puede empezar a establecer una relación de confianza.

Respetar sus necesidades y sus tiempos. La criatura se siente considerada.

El niño debe estar constantemente cerca de las personas que lo cuidan. Tiene que poder reclamarlos siempre que lo necesite. 

Intentar que el espacio donde se desarrolle la criatura sea un espacio seguro.

Intentar que se encuentre en un espacio donde haya pocos estímulos estresantes.

Acompañarlo en el conocimiento de los familiares más cercanos (Para nosotros son nuestra familia, para los más pequeños son personas desconocidas). Ayudará que las relaciones que se vayan estableciendo sean de amor y no de necesidad.

 

Si la criatura establece un buen vínculo con sus padres o cuidadores principales, paulatinamente irá adquiriendo la confianza y la autonomía suficiente para ir descubriendo el mundo. El / la hijo / a aprenderá a vivir sabiendo que sus necesidades tienen suficiente importancia como para ser reclamadas y a la vez satisfechas.

Todo aquello que se aprende con satisfacción se aprende mejor.